¿Quién diagnostica la Fibromialgia?
En 1992, la fibromialgia fue reconocida como una enfermedad por la OMS y clasificada con el código M79.7 en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) como una enfermedad reumatológica. ¿Quién diagnostica la Fibromialgia? Por este motivo la mayoría de los diagnósticos son realizados por los especialistas en reumatología.
Desde 1992 se han hecho más estudios sobre la enfermedad y aunque la clasificación no se ha modificado, actualmente la fibromialgia se considera mayoritariamente como una enfermedad neuro-inmuno-endocrina.
El desconocimiento que todavía existe sobre la etiología, la falta de protocolos para el tratamiento y la falta de formación actualizada de los médicos generan dudas sobre quién la diagnostica y quién la trata.
Normalmente se diagnostica en las unidades de reumatología, neurología o medicina interna.
¿Qué especialista trata la Fibromialgia?
La fibromialgia no siempre la trata el mismo especialista que la diagnostica.
En cuanto al tratamiento farmacológico, algunos de especialistas médicos que diagnostican la enfermedad deciden hacer el tratamiento y seguimiento, pero otros, después de hacer el diagnóstico derivan al paciente para su tratamiento y seguimiento al médico de familia o a las unidades de dolor. La decisión de cómo hacerlo depende exclusivamente del especialista ya que no hay establecidos protocolos de atención para la fibromialgia en la mayoría de Comunidades Autónomas.
El tratamiento no farmacológico incluye psicología, fisioterapia u osteopatía, ejercicio físico, nutricionista y otros.
Esta parte del tratamiento, junto con el farmacológico, se incluye dentro del llamado “tratamiento multidisciplinar”, que hoy por hoy es el más recomendado para la fibromialgia, pero no se ofrece en la sanidad pública por lo que los afectados se ven obligados a recibirlo de forma privada.
En cuanto al tratamiento farmacológico es importante que el médico que la trata tenga conocimientos actualizados sobre fibromialgia para que ajuste perfectamente la cantidad de medicación y suplementos con el fin de que sea la mínima que cada paciente necesita.
En relación al tratamiento no farmacológico es importante que los profesionales que la tratan sean especializados en fibromialgia y el paciente tenga buenas referencias de los resultados.