Lo primero que debes saber es que la fibromialgia no es degenerativa.
La evolución de los síntomas de la fibromialgia es diferente en cada persona, incluso en la misma persona es variable.
Generalmente hay temporadas en las que la mayoría de síntomas se agravan y temporadas en las que se alivian en mayor o menor grado. Algunos especialistas denominan “crisis” a las etapas de agravamiento de los síntomas.
Las “crisis” suelen aparecer en todas las personas afectadas cuando hay cambios atmosféricos, especialmente el tiempo nublado o lluvioso. Además aparecen de forma individual cuando la persona con fibromialgia se ve sometida durante algún tiempo a un nivel mayor de estrés físico o emocional.
Además los síntomas pueden agravarse de forma puntual durante el día cuando la persona afectada está en un ambiente muy ruidoso, luminoso o con alto nivel de radiación electromagnética (por ejemplo, lugares donde hay muchos móviles encendidos). También cuando se implica en una discusión, cuando está mucho tiempo continuado en una posición (sentada o de pie), cuando tiene frio o cuando está en un lugar con perfumes o químicos a los que es intolerante.
Puede haber momentos del día sin apenas síntomas y otros momentos en los que aparecen. Es normal que una persona con fibromialgia se encuentre en un momento del día más o menos bien y de pronto empiece a encontrarse muy mal. O que un día o durante unos días se encuentre con menos síntomas y de pronto los síntomas se disparen. Este hecho hace que sea muy difícil para las personas con fibromialgia hacer planes porque en numerosas ocasiones se ven obligadas a cancelarlos. También es difícil para el entorno social entender esta variabilidad en la expresión de los síntomas.
Por otro lado tenemos que tener en cuenta el tiempo que la persona lleva padeciendo la enfermedad.
A pesar de que la fibromialgia no es degenerativa, lo habitual es que la enfermedad comience con dolor, fatiga intensa, alteraciones del sueño y algún otro síntoma y durante el transcurso de la misma vayan añadiéndose más síntomas. La lista de síntomas que puede llegar a padecer una persona con fibromialgia es muy extensa, por lo que, a lo largo del tiempo puede hacer más incapacitante su situación.
Afortunadamente, muchos de estos síntomas pueden aliviarse teniendo una buena información sobre la enfermedad, un buen conocimiento de uno mismo, cambiando hábitos y realizando actividades que ayudan a mejorar la calidad de vida. Con ello podemos ayudar a que aparezcan menos crisis y disminuir la intensidad de los síntomas.