Hay mucha falsa información en internet sobre si la fibromialgia es curable, por eso es importante dejar claro que hoy por hoy la fibromialgia no es curable.
Existen tratamientos que alivian los síntomas y mejoran la calidad de vida de las personas que la padecen, pero la enfermedad se mantiene de forma crónica y pueden aparecer brotes ante una situación de estrés u otros factores como los cambios bruscos del clima.
Por lo tanto no podemos contarte cómo se cura la fibromialgia, pero sí cómo tratarla.
No existe un protocolo de tratamiento, ni a nivel internacional ni en España, por lo que cada especialista opta por un tratamiento diferente. Aunque la mayoría de estudios demuestran que, por ahora, lo que tiene más efectividad en la reducción de los síntomas es un tratamiento multidisciplinar, que incluye ciertos fármacos, el ejercicio, las terapias conductuales y de gestión del dolor y del estrés y la intervención nutricional.
En cualquier caso el tratamiento debe ser personalizado, ya que los síntomas y su severidad son diferentes en cada persona.
En Afibrom consideramos que también es de gran ayuda una buena información sobre la enfermedad y la forma de gestionarla y compartir experiencias con otras personas afectadas.
La estimulación magnética transcraneal de baja intensidad reduce el dolor en algunos pacientes.
El tratamiento farmacológico suele incluir antidepresivos, antiinflamatorios, antiepilépticos, agonistas GABA, relajantes musculares y otros. Es muy importante que la medicación sea la mínima necesaria y durante un periodo de tiempo, ya que estos fármacos acaban produciendo otros síntomas y algunos de ellos crean tolerancia y farmacodependencia, por lo que es importante que el médico regule la dosis y haga descansos cuando lo considere necesario en cada caso.
Los tratamientos no farmacológicos incluyen intervenciones nutricionales específicas y personalizadas, no se trata de una dieta para personas con fibromialgia, sino que el especialista hará pruebas específicas para valora si hay permeabilidad intestinal, disbiosis, intestino irritable, histaminosis, desnutrición u otros factores para establecer la dieta personalizada y los suplementos adecuados.
La rehabilitación física para reducir la rigidez muscular y articular, que incluye fisioterapia y osteopatía, gimnasia adaptada, terapia ocupacional o rehabilitación en agua caliente.
En cuanto al aspecto emocional, la terapia conductual, técnicas para el manejo del dolor y del estrés como en mindfulness completan un buen tratamiento multidisciplinar.
Como no existe un protocolo en el tratamiento, es frecuente encontrar anuncios de tratamientos milagro, muy caros en algunos casos y que no son efectivos. Es importante tener referencias e información antes de emprender un tratamiento.