Muchas veces nos preguntáis cómo se diagnostica la fibromialgia, ya que no os han hecho una prueba específica.
En una persona con fibromialgia los análisis convencionales y las pruebas de imagen como radiografías y otras darán resultados normales.
Hay una prueba con la que se pueden apreciar diferencias significativas del funcionamiento del cerebro en una persona con fibromialgia respecto al resto. Esta técnica es la resonancia magnética funcional del cerebro y aunque se utiliza en diversos estudios, es inviable su uso como prueba diagnóstica generalizada por su altísimo coste.
Actualmente se están realizando estudios para desarrollar una prueba diagnóstica eficaz a través de un análisis de sangre. Es posible que en pocos años esta prueba sea una realidad, pero por ahora no existe una prueba válida para su diagnóstico.
Entonces ¿cómo se diagnostica la fibromialgia?
El diagnóstico es clínico y se realiza según los criterios ACR aceptados internacionalmente. Los primeros criterios ACR se aprobaron en 1990 y se tenían en cuenta:
- Sufrir dolor generalizado durante más de 3 meses
- Tener dolor a la presión en al menos 11 de los 18 “puntos dolorosos” o puntos gatillo distribuidos por el cuerpo.
Estos criterios ya no se utilizan, ya que se actualizaron en el 2010 y se modificaron en el 2011. Los nuevos criterios ACR valoran:
- Sufrir dolor en “áreas dolorosas” durante las dos últimas semanas (se especifica un mapa corporal de áreas dolorosas y se puntúa)
- Se valora la severidad de los síntomas durante al menos tres meses (cansancio, sueño no reparador, síntomas cognitivos y otros síntomas)
Además es importante descartar otras enfermedades con síntomas similares como artritis reumatoide, lupus, polimialgia, miositis y otras.
El diagnóstico debe hacerlo un médico, que realizará las preguntas necesarias acerca del dolor y del resto de síntomas para la evaluación de los criterios y si lo cree oportuno podría realizar alguna prueba médica como análisis de sangre y otras para descartar otras patologías.