
Estos síntomas, que son pasajeros, no deben confundirse nunca con síntomas de otras enfermedades, ya que son banales y meramente estacionales.
¿QUÉ ES LA ASTENIA PRIMAVERAL?
Con la llegada de la primavera, se produce un aumento de las temperaturas y de las horas de sol.
Estos cambios horarios, y el cambio de ritmo de vida que ello conlleva, afecta a nuestro organismo, el cual necesita un tiempo para adaptarse.
Mientras nos adaptamos a estos cambios, ya que venimos de unos hábitos en los meses de invierno, podemos sentir una sensación de cansancio, fatiga, dificultad para realizar trabajos o actividades habituales… Y es el conjunto de estos síntomas, que aparece en algunas personas en esta época, a lo que llamamos astenia primaveral.
Según nos cuenta la Dra. Daniela Silva, especialista en Medicina Interna de International Medical Institute de Vithas de Madrid, “es necesaria una regulación hormonal y circulatoria apropiada para adaptarnos a estos cambios, que representan un aumento de las necesidades energéticas de nuestro cuerpo, hecho que puede afectar de manera negativa a algunas personas, causando síntomas de astenia primaveral”.
La astenia primaveral no es una enfermedad en sí misma. Pese a esto, según datos de una encuesta realizada por la Fundación Alimentación Saludable, un 37% de la población española siente estos síntomas durante la primera etapa de la primavera, sobre todo, en los meses de marzo y abril.
Según indica la Dra. Silva, “debido a que no se trata de una patología, existe poca evidencia que la soporte. Lo correcto sería hablar de una serie de síntomas que afectan a personas hipersensibles a los cambios estacionales y que, en mayor medida, son mujeres, mayores de 65 años”.
¿CÓMO PODEMOS COMBATIRLA?
Existen algunas recomendaciones para combatir o sobrellevar la astenia primaveral:
- Practicar actividad física moderada, como caminar, durante 30 minutos al día (ya sabemos que, respecto a la actividad física, dependemos de nuestro estado de salud, siempre hay que tener en cuenta cómo nos encontremos).
- Mantener unos horarios regulares de sueño, intentando dormir entre 7 y 8 horas cada noche, de modo que el descanso resulte reparador.
- Seguir una dieta rica en frutas y verduras, sobre todo de tipo antioxidante.
- Reducir el consumo de bebidas con cafeína y estimulantes, para evitar la mala calidad del sueño.
RELACIÓN ENTRE LA ASTENIA PRIMAVERAL FIBROMIALGIA y SINDROME DE FATIGA CRÓNICA EM
Pese a que no hay estudios que concluyan la relación entre la fibromialgia o el Síndrome de Fatiga Crónica EM y los efectos de la astenia primaveral, es cierto que muchos de los pacientes que sufren fibromialgia o fatiga crónica sienten bastante más agudos e intensos los síntomas en esta etapa del inicio de la primavera.
Algunos pacientes han manifestado el incremento del cansancio, tanto físico como mental, bastante somnolencia, y otros síntomas como visión borrosa o apatía generalizada.
Con todo esto, los pacientes sin esta patología previa no deben confundir la astenia primaveral con la fibromialgia o la fatiga crónica que, aunque compartan una serie de síntomas, en ningún caso se alargan en el tiempo y solo afectan durante la época de transición estacionaria.




