Hoy, 17 de octubre, en el Día Mundial del Dolor, AFIBROM se une a millones de personas* en todo el mundo para visibilizar una realidad que afecta profundamente la calidad de vida de quienes la padecen. El dolor crónico es una condición debilitante que trasciende fronteras, edades y géneros, y que está presente en una amplia gama de enfermedades, incluyendo la fibromialgia y el síndrome de fatiga crónica, entre otras.
En España, el dolor crónico afecta a cerca del 26% de la población adulta española, un dato alarmante que nos obliga a reflexionar sobre la atención y los recursos que se destinan a esta problemática. A pesar de su prevalencia, el dolor crónico sigue siendo una condición subestimada y maltratada, tanto en el ámbito sanitario como en el social y laboral.
El dolor crónico no es solo un síntoma; es una enfermedad en sí misma. Puede originarse en múltiples causas y se manifiesta de manera persistente, afectando la capacidad de las personas para llevar a cabo las actividades más básicas de la vida diaria. Las personas que sufren dolor crónico a menudo experimentan una reducción significativa en su calidad de vida, sufren de fatiga, alteraciones del sueño, ansiedad, depresión y aislamiento social. La falta de comprensión y la estigmatización del dolor crónico, como ocurre con otras enfermedades invisibles, añade una carga adicional a quienes lo padecen. Esta situación se ve agravada por la falta de acceso a tratamientos efectivos, diagnósticos oportunos y un manejo adecuado del dolor. No podemos ignorar que el sufrimiento prolongado y mal gestionado puede llevar a graves consecuencias, incluyendo un aumento en el riesgo de suicidio.
En este Día Mundial del Dolor, AFIBROM hace un llamamiento urgente a las instituciones políticas, sanitarias y sociales para que tomen medidas decisivas en la lucha contra el dolor crónico. Es necesario:
- Reconocer el dolor crónico como una enfermedad que requiere atención especializada y un enfoque integral en el ámbito sanitario, jurídico y social.
- Incrementar la inversión en investigación para desarrollar tratamientos más efectivos y accesibles, así como pruebas diagnósticas que permitan identificar las causas subyacentes del dolor crónico.
- Elaborar protocolos de atención específicos en el Sistema Nacional de Salud que incluyan la atención multidisciplinar, garantizando un tratamiento adecuado y accesible para todas las personas que sufren dolor crónico.ç
- Desarrollar programas de formación continua para el personal sanitario, asegurando que estén capacitados para reconocer, diagnosticar y tratar el dolor crónico con sensibilidad y conocimiento actualizado.
- Promover campañas de concienciación dirigidas a la sociedad en general para desterrar mitos y reducir la estigmatización de las personas que viven con dolor crónico.
- Reconocer el impacto del dolor crónico en el ámbito laboral, promoviendo la adecuación de los puestos de trabajo y políticas de inclusión para quienes necesitan ajustes razonables debido a su condición.
- Fortalecer el apoyo a las asociaciones de pacientes, dotándolas de los recursos necesarios para que puedan continuar su labor de defensa, apoyo y visibilización de las personas que viven con dolor crónico.
La inacción ante estas demandas tiene un costo humano y social inaceptable. Las personas con dolor crónico no pueden seguir siendo ignoradas. El retraso en el diagnóstico y el tratamiento adecuado lleva al empeoramiento de los síntomas, la pérdida de oportunidades laborales, el deterioro de la salud mental y el aislamiento social.
Además, para la sociedad en general, no abordar adecuadamente el dolor crónico significa un aumento en los costes de atención sanitaria y una pérdida significativa en la productividad laboral. Es fundamental entender que mejorar la atención a las personas que sufren dolor crónico no solo es un acto de justicia y compasión, sino también una inversión inteligente que beneficia a toda la sociedad.
En AFIBROM, trabajamos incansablemente para acoger, escuchar y acompañar a las personas que viven con dolor crónico y a sus familias, ofreciéndoles herramientas terapéuticas que mejoren su calidad de vida. Defendemos sus derechos, promovemos la investigación y luchamos por la visibilidad de estas condiciones en todos los ámbitos. Sin embargo, no podemos hacerlo solos. Necesitamos el apoyo de las instituciones, la comunidad científica y la sociedad en su conjunto.
Juntos, podemos hacer una diferencia real en la vida de las personas que viven con dolor crónico. Hoy, alzamos nuestra voz en su nombre y pedimos a todos que se unan a nuestra causa.
Fdo. AFIBROM en nombre de los pacientes que viven con dolor crónico en toda España.
*1.600 millones de personas padecen dolor crónico en todo el mundo. Eso es un 20% de la población mundial. En España, la cifra es de 9 millones de personas, un 26% de la población.