En el blog de hoy, te hablamos del aceite de krill, fuente extraordinaria de Omega 3. Actualmente es reconocido y aceptado que la suplementación con ácidos grasos omega-3, especialmente EPA (ácido eicosapentaenoico) y DHA (ácido docosahexaenoico), puede ser muy beneficiosa para el mantenimiento de la salud cardiovascular y en la prevención de hiperlipidemias (niveles altos de colesterol y/o triglicéridos) y que pueden favorecer otras funciones metabólicas del organismo humano.
Existen al respecto muchos estudios que lo corroboran, por lo que la EFSA (Agencia Europea de Seguridad Alimentaria) ha evaluado con resultado favorable el papel de EPA y DHA en el mantenimiento de la función cardíaca normal y el del DHA (ácido docosahexaenoico) en particular, en el mantenimiento de la función normal del cerebro y de la visión.
Los omega-3 los encontramos tanto en vegetales como en animales. Las semillas de lino, chía y calabaza, el aceite de linaza, soja y colza, y las nueces, entre otros, contienen ácido linolénico (ALA), que es el Omega 3 “padre”. Pero este Omega 3 debe ser transformado por nuestro organismo en ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA), que son aquellos omega-3 que van a presentar propiedades saludables para nuestra salud. El omega-3 de fuentes vegetales, además de no absorberse eficazmente, su transformación en EPA y DHA se ven afectadas por exceso de omega-6, por un estilo de vida poco saludable (alcohol, tabaco, aditivos alimenticios), por enfermedad, fármacos (estatinas) y factores hormonales y metabólicos.
En cuanto a las fuentes animales, las que contienen mayor contenido de omega-3 (en su forma EPA y DHA) son el marisco, como el krill, y los pescados, en concreto pescados azules como el salmón, atún, caballa o anchoas. Aunque es recomendable incluirlos en nuestra dieta de forma habitual, nos encontramos con dos problemas: actualmente consumimos mayoritariamente pescado de piscifactoría (un ejemplo claro es el salmón, el cual es alimentado con piensos vegetales ricos en Omega 6 y con un déficit de Omega 3, grasa natural en estos peces salvajes); el otro problema es el gran cúmulo de metales pesados, sobre todo en los pescados azules de gran tamaño como el atún.
Me viene a la cabeza una afirmación que la convierto en pregunta: ¿Somos lo que comemos? Pues efectivamente sí, y con el omega-3 ocurre lo mismo. Como hemos visto, los alimentos disponibles no contienen los niveles de omega-3 que por naturaleza deberían contener, y como consecuencia, nuestro organismo se encuentra en déficit de esta grasa tan importante para nuestra salud. De acuerdo con un estudio publicado en julio de 2016 en la revista Progress in Lipid Research y de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, el 84% de la población mundial tiene deficiencia de omega-3.
Por tanto, parece razonable incluir en nuestra dieta complementos de omega-3. Además, durante periodos de enfermedad, nuestros requerimientos de omega-3 se ven aumentados y no basta con incluir en nuestra dieta alimentos ricos en omega-3.
Ventajas del Aceite de Krill
Aunque, hasta hace relativamente poco tiempo, el aceite de pescado se consideraba como la fuente principal de omega-3, cabe destacar la importancia del krill, un pequeño crustáceo que se cría en las frías aguas del Océano Antártico, y que tiene un aporte de nutrientes muy beneficioso para el cuerpo humano. Del krill se extrae el aceite de krill, fuente de ácidos grasos omega 3, fosfolípidos, colina y una importante sustancia antioxidante llamada astaxantina, además de pequeñas cantidades de ácidos grasos omega-6 y omega-9.
Las diferencias más importantes entre el omega-3 del aceite de krill y el omega-3 del aceite de pescado es la forma química en la que se presentan. Los omega-3 del aceite de krill están unidos a fosfolípidos y por ello tienen una mejor incorporación en los diversos órganos, como el cerebro, el corazón y los ojos, que las fuentes de omega-3 de aceite de pescado, que se encuentran en forma de triglicéridos.
Comparado con otras fuentes de omega 3, el krill es muy apreciado, porque sus ácidos grasos clave son más bioeficientes. El primer y más notable beneficio que encontramos es que se necesita una dosis menor. Otro beneficio destacado es la ausencia de reflujo, porque los omega 3 del krill se mezclan con el contenido estomacal, evitando los problemas digestivos desagradables, frecuentemente asociados con otras fuentes marinas de omega 3.
Pero… ¿qué son los fosfolípidos?
Los fosfolípidos son grasas que constituyen la membrana de cada célula de nuestro cuerpo. Están formados por una cabeza de fosfato y dos colas de lípidos donde, en el caso del aceite de krill, se encuentra el omega-3. Se los denomina “porteros celulares” porque forman la importante barrera que regula el funcionamiento celular.
Los fosfolípidos son importantes para la estructura de la célula porque ayudan a mantener su fuerza, estabilidad e integridad. Podemos considerar a los fosfolípidos como los ladrillos necesarios para construir debidamente una casa. Su contenido de omega-3 es muy importante, al ser estos los lípidos que proporcionan flexibilidad a las membranas. Además de ser estructuralmente importantes para las células, tienen la tarea de transportar e insertar el omega-3 de cadena larga, EPA y DHA, en las membranas celulares a través de la sangre y así poder aprovechar al máximo los beneficios del omega 3.
Beneficios del omega-3 en fibromialgia
Los omega- 3 comúnmente benefician a las articulaciones y al sistema cardiovascular, pero, ¿qué hace con el dolor que tienen las personas con fibromialgia? Los omega-3 de cadena larga, EPA y DHA reducen la liberación de citoquinas proinflamatorias. Se sospecha que las citoquinas desempeñan un papel importante en la producción del dolor neuropático y fibromialgia. Este efecto a nivel molecular se traduce en mejoras reales de la calidad de la vida del afectado: disminuye el dolor de los puntos sensibles, reduce la tensión muscular y el nivel de fatiga. Así pueden ayudar en estos procesos a reducir la inflamación y, por tanto, el dolor, gracias a la reducción de la liberación de citoquinas proinflamatorias.
De acuerdo con la evidencia científica, los omega-3 también ayudan al mantenimiento de la función normal del cerebro, contribuyen a mejorar el funcionamiento del sistema inmunológico, y ayudan a reducir del riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Importancia de la trazabilidad del ingrediente
Teniendo en cuenta la importancia del krill como especie clave en la Antártida, debemos elegir un complemento alimenticio de aceite de krill cuya pesca y extracción sea lo más respetuosa con el medio ambiente. La CCAMLR (Commision on the Conservation of Antartic Marine Living Resources) establece dónde puede pescarse el krill y la cuota permitida. La pesca del krill está autorizada en el área 48 y se nos autoriza un 1% de capturas. Como promedio, el total actual de capturas es 1/3 de este 1%.