¿SE PUEDE VER Y OBJETIVAR EL DOLOR? NEUROIMAGEN Y FIBROMIALGIA. Este artículo está basado en la charla la del Dr. Joan Deus, del departamento de psicología clínica y de la salud de la Universidad Autónoma de Barcelona, de la cual hacemos un resumen en el siguiente artículo.
Conceptualización
Hasta ahora se hablaba del dolor de la fibromialgia como funcional, pero ya hay autores que lo plantean como un dolor neuropático e incluso se habla de un posible dolor inflamatorio. El dolor además presenta la característica de sumación temporal, es decir, se induce un estímulo que causa dolor y manteniendo el estímulo sin aumentar la intensidad, el dolor va aumentando con el tiempo. Y esto tienen una respuesta cerebral objetiva.
La mala calidad del sueño también es importante porque en personas con fibromialgia, si se consigue mejorar la calidad del sueño, se mejoran notablemente las alteraciones cognitivas.
Psicopatología y personalidad
En los pacientes con fibromialgia e suele presentar una alteración del estado afectivo, tensión muscular, ansiedad, alteraciones del sueño y dificultades emocionales que actúan como círculo vicioso, estrés, escaso apoyo social. Hay un grupo de pacientes que tienen un trastorno depresivo en reacción a padecer la enfermedad.
En cuanto a la personalidad no hay un perfil concreto, pero se establecen 2 grupos de pacientes en función de la personalidad que presentarán distintos pronósticos.
- Un grupo con alto neuroticismo y baja extroversión: con más ansiedad, peor adaptación a la enfermedad y mayores alteraciones emocionales
- Otro grupo con bajo neuroticismo y mayor extroversión: que responden mejor a los tratamientos que se les plantean, activos laboralmente y con menos bajas.
Esto es importante porque existe un correlato anatómico con los rasgos de personalidad y, en concreto, el grado de neuroticismo está en función del volumen de la sustancia gris de la circunvolución cingulada en su porción anterior. Este área del cerebro está involucrada en el circuito del dolor y se ha podido comprobar que a mayor tamaño de esta porción anterior, mayor es el grado de neuroticismo.
¿Cómo podemos medir el dolor mediante neuroimagen?
Cuando se aplica un estímulo sensorial o doloroso, se produce un incremento de la perfusión sanguínea, hay mayor demanda de oxigeno por parte del cerebro, por lo que aparece más sangre oxigenada en los capilares, que puede detectarse con la resonancia magnética funcional.
Con esta técnica, en sujetos sanos ya se ha podido definir el circuito neuronal del dolor, en el cual participan varias estructuras: la ínsula, el lóbulo parietal, el área suplementaria, la corteza prefrontal, la circunvolución cingulada, los ganglios basales, especialmente el tálamo y la sustancia gris periacuductal.
Con una resonancia magnética funcional dinámica podemos ver todo este circuito del dolor activo.
Actuamente está en marcha un estudio para ver cómo es esta dinámica en personas con fibromialgia, aún no está terminado pero ya pueden adelantar que hay diferencias con los individuos sanos.
Esta prueba nos indica que el dolor que sufren las personas con fibromialgia se puede objetivar, aunque de momento el resultado no sería diferencial para la fibromialgia. Tienen que seguir investigando para que sea más específico. Para lo que sí nos sirve es para confirmar que las personas con fibromialgia no mienten, sino que realmente sienten mucho dolor.
Cómo resumen de las hipótesis para saber qué está ocurriendo hay 3 datos objetivos:
- Existe una hiperactivación funcional del circuito neuronal del dolor. En este caso la situación emocional juega un papel importante, ya que a mayor catastrofismo, más se activa el circuito. No es la causa, si no que actúa como mediador, una vez que ya está activado, aumenta la activación.
- Existe un fallo del sistema inhibitorio endógeno del circuito del dolor. Después de aplicar un estímulo doloroso, en una persona sana la ínsula permanece activada 6 segundos más, sin embargo en una persona con fibromialgia esta activación es mucho más prolongada.
- Y lo más importante es que hay un fallo en el procesamiento sensorial del dolor en las áreas parietales S1 y S2. En una persona, al aplicar un estímulo, se puede observar que se activa el área S1. Sin embargo al aplicar el mismo estímulo a una persona con fibromialgia, se observa que se activan las 2 áreas (S1 y S2), pero también se activa en personas con dolor crónico, por lo que no es específica. Pero en las personas con fibromialgia además el sistema sensorial a nivel del área S2 tiene disminuida su función.
Por otra parte, se pueden medir tres alteraciones de la conectividad que permiten explicar el 78% de la fisiopatología de la fibromialgia, y que además son mucho más específicas, son:
- Disfunción de la conectividad del área somatosensorial con las áreas sensoriales primarias.
- Incremento de la conectividad del área de procesamiento sensorial S2 con del área autorreferencial (que hace que la persona esté muy pendiente de cómo está su cuerpo).
- Reducción de la conectividad entre la ínsula y la sustancia gris periacuductal.
Con estos 3 parámetros se podría diagnosticar la fibromialgia con una especificad del 94%, pero la prueba es muy cara, ya que se necesita una aparatología muy costosa y un equipo humano altamente cualificado, por lo que hoy por hoy, aunque es posible, es inviable realizarlo.
Similitudes y diferencias en la neuroimagen entre trastornos depresivos y la fibromialgia
En un estudio con pacientes con depresión mayor sin fibromialgia, para que percibieran el dolor era necesario aplicar un estímulo mecánico de 8 kg de peso. Este es un estímulo elevadísimo y cuando se les trató para disminuir la depresión y mejoraron, el estímulo necesario para sentir dolor bajó hasta los 6 kg. Es decir, el dolor que tienen los pacientes con depresión no es un dolor producido por un estímulo físico, es más bien un dolor endógeno, al contrario de lo que ocurre en pacientes con fibromialgia.
Como se dijo anteriormente, la depresión es un componente que puede influir en el circuito neuronal del dolor, pero como mediador, no como causa del mismo. Se puede relacionar con la magnitud del dolor, puede aumentarlo, pero no lo origina.