Prácticamente la totalidad de los pacientes que padecen fibromialgia sufren, en algún momento de su enfermedad, una serie de alteraciones cognitivas que pueden llegar a ser muy frustrantes e incluso incapacitantes en su vida diaria, sobre todo a nivel sociolaboral.
Diversos estudios ya han demostrado que el rendimiento cognitivo general de estos pacientes es significativamente menor que el de aquellos que no padecen la enfermedad.
A estas alteraciones cognitivas se les conoce con el nombre de niebla cerebral o fibroniebla y pueden darse en forma de:
- Lapsus del lenguaje.
- Afectación de la memoria a corto y largo plazo.
- Afectación de la memoria de trabajo.
- Pérdida de la concentración (al leer, al hablar o escuchar…).
- Faltas de atención.
- Desorientación en espacio y tiempo.
Ansiedad y depresión
Por otro lado, existen síntomas cognitivos que no forman parte del registro de trastornos de la fibroniebla, sino que podrían deberse a otras enfermedades asociadas a la fibromialgia.
A este respecto, cabe mencionar que los trastornos como la ansiedad o la depresión, que pueden estar presentes desde el inicio de la enfermedad o desarrollarse a lo largo de la misma, añaden a los síntomas referidos anteriormente, los asociados a estas dos complicaciones, a saber, apatía, falta de interés por los estímulos del entorno, pérdida de la ilusión, confusión y lentitud mental.
Además, muchos de los fármacos que se recetan a los pacientes con fibromialgia pueden provocar trastornos cognitivos, por ello, es importante establecer la relación temporal del síntoma con la toma de tratamiento, tener en cuenta la posibilidad de que sea éste el responsable de las alteraciones y acudir al médico para que éste pueda tomar la decisión de suspenderlo o sustituirlo si fuera necesario.
Se han publicado numerosos estudios que han llegado a relacionar la presencia e intensidad del dolor y la ansiedad con la aparición y agravamiento de múltiples trastornos cognitivos que se dan en fibromialgia, esta asociación es particularmente intensa en el caso de las alteraciones atencionales y, sin embargo, no ha podido ser establecida entre otros síntomas por lo que es necesario continuar investigando.
Tratamiento de estos trastornos
En cuanto al tratamiento de estos trastornos, hasta la fecha, no hay una terapia específica establecida que haya demostrado eficacia, sin embargo, existen algunas medidas que pueden llevarse a cabo para disminuir los síntomas:
- Descanso preventivo: cuanto mayor es el número y la dificultad de tareas a realizar, mayor es la intensidad y duración de los síntomas cognitivos. Por ello, es conveniente organizar unos minutos de descanso entre las diversas actividades diarias, aunque sea breve, para poder afrontar el día a día con mayor eficacia y menos efectos negativos sobre la salud.
- Organización: es importante evitar la multitarea; no pasa nada por posponer o cancelar algunas actividades cuando los síntomas de la fibromialgia están presentes y se convierten en obstáculos limitantes. Conviene hacer listas y recordatorios cuando la fibroniebla sea más acusada para evitar olvidos y despistes que, por sí mismos, generen una mayor ansiedad ya que ésta, a su vez, podría empeorar la situación cognitiva.
- Evitar el estrés y la sobreestimulación: en épocas más sintomáticas es recomendable alejarse de los estímulos sensoriales en la medida de lo posible y permanecer en áreas más tranquilas y silenciosas. Es importante evitar situaciones estresantes y desarrollar ejercicios y estrategias de relajación dado que será lo que permita al paciente aprender a autogestionar su sintomatología.
- Actividad física: aún no existe consenso acerca del papel que juega el ejercicio físico en los pacientes con fibromialgia. En algunos estudios parece beneficioso, sin embargo, en múltiples ocasiones, el deporte empeora el dolor y la astenia o cansancio. A nivel cognitivo, la actividad física, en tanto que disminuye los niveles de estrés, podría mejorar la actividad atencional de los pacientes, no obstante, se requieren estudios más específicos a este respecto para llegar a una conclusión clara. Es conveniente realizar una valoración individual en función de la edad, condición física y estadio de la enfermedad a la hora de pautar ejercicio físico y siempre por un experto en la materia.
- Higiene del sueño: conseguir un sueño reparador no es tarea fácil en pacientes con fibromialgia, pero la ausencia de este ha demostrado empeorar la sintomatología cognitiva. Para mejorar esta situación, se recomienda establecer un horario fijo diario para acostarse y levantarse, con un intervalo mínimo de seis a ocho horas, debiendo permanecer en la cama durante ese periodo y así crear un hábito al organismo. En las épocas en que esto no sea suficiente, se debe evitar tomar medicamentos de tipo relajantes musculares o hipnóticos, por la dependencia que causan y porque podrían empeorar los síntomas de astenia y dolor, según han demostrado algunas publicaciones científicas. Como sustitutivo, la melatonina y otros nutracéuticos naturales podrían ayudar a tal efecto.
- Acudir al médico: cuando aparecen o empeoran los síntomas cognitivos, antes de tomar otras medidas, es importante descartar que no se deba a la medicación pautada ya que, determinados fármacos que se recetan en estos pacientes pueden provocar síntomas muy similares a los que aparecen en la fibroniebla. El paciente debe acudir a su médico habitual, normalmente el reumatólogo, para que revise los posibles efectos secundarios y actualice la farmacoterapia.