Las enfermedades crónicas, además de los desafíos físicos y emocionales que conllevan, pueden tener un impacto significativo en la identidad y la autoestima de las personas que las sufren. Por ello, a lo largo de estas líneas exploraremos los procesos psicológicos involucrados, como la pérdida de roles y ocupaciones, los cambios en la imagen corporal, y la redefinición de la identidad.
Así como las estrategias de intervención terapéuticas para ayudar a las millones de personas en todo el mundo a las que afectan estas condiciones de salud a enfrentar estos desafíos y promover una mejor calidad de vida, atravesando este proceso de duelo y adaptándose a su nueva identidad. Y es que uno de estos desafíos es el proceso de duelo de la propia identidad, que se refiere a la experiencia de pérdida y adaptación que afrontan las personas con enfermedades crónicas al experimentar cambios profundos en su vida y en su percepción de sí mismas.
¿Cómo afecta a la identidad?
La identidad es el sentido de quiénes somos, y está influenciada por factores internos y externos, como nuestras experiencias, roles sociales y características personales. La enfermedad crónica puede amenazar la identidad de una persona de diversas maneras. En primer lugar, puede desafiar la percepción de uno mismo como una persona saludable y activa a causa de la experiencia de síntomas crónicos, discapacidad o limitaciones físicas, que pueden alterar la propia imagen.
Además, la enfermedad crónica puede afectar las ocupaciones y los roles que una persona desempeña en la vida diaria. Por ejemplo, alguien con una enfermedad crónica puede tener dificultades para mantener un empleo, realizar actividades sociales, sentirse autosuficiente o cumplir con las responsabilidades familiares, pudiendo experimentar una lucha interna para reconciliar su identidad anterior con los nuevos desafíos y limitaciones impuestos por la enfermedad. En consecuencia, estos cambios en las ocupaciones y roles, debido a la limitación que pueden generar, pueden llevar a una sensación de pérdida de identidad y propósito en la vida.
¿Por qué la autoestima se ve afectada?
Estas condiciones crónicas de salud también tienen, habitualmente, un impacto sobre la autoestima. Esta se refiere a la valoración subjetiva que una persona tiene sobre sí misma. La autoestima puede verse afectada por la enfermedad crónica a través de diversos procesos. Por ejemplo, los síntomas físicos y la discapacidad asociada pueden suponer un obstáculo para la autoimagen y la autovaloración. Las personas pueden sentir vergüenza de sus cuerpos o rechazo hacia sí mismas, a causa de su apariencia o sus limitaciones debido a los efectos visibles de la enfermedad crónica. Además, estos procesos crónicos pueden generar sentimientos de inutilidad, falta de propósito, pérdida de control, frustración, impotencia e incluso culpa por no poder llevar una vida “normal”; o cumplir con las expectativas propias y de los demás. Estos sentimientos pueden minar la autoestima y suponen un factor de riesgo para la aparición de trastornos depresivos o de ansiedad.
¿Por qué hablamos de duelo de la propia identidad?
Muchas veces asociamos el proceso de duelo a la pérdida o fallecimiento de un ser querido. Sin embargo, el proceso de duelo es un proceso natural que se desencadena en nuestra psique en muchas otras situaciones relacionadas con la pérdida. Situaciones que a veces resultan mucho más sutiles. Un ejemplo de ello es el proceso de duelo que puede desencadenar un diagnóstico de enfermedad crónica.
Tanto por la pérdida per se que se puede producir, por ejemplo en relación a la propia salud o a las posibles limitaciones antes mencionadas, como también a la pérdida a veces más difícil de identificar de lo que ya no podrá ser. Y es esto último lo que hace referencia de manera más directa a la propia identidad, a los procesos de rol, al quién soy yo en el día a día y a la forma en la cual me relaciono y estoy en el mundo. Y esto supone una necesidad casi vital de aceptar y redefinir la propia identidad: redefinir quiénes somos en el contexto de la enfermedad crónica. La lucha por aceptar y adaptarse a estos cambios puede ser un proceso doloroso y desafiante. Implica explorar nuevas formas de verse a sí mismos, reevaluar sus valores y prioridades, y encontrar significado y propósito en la nueva realidad.
Estrategias de intervención y apoyo.
La psicología desempeña un papel crucial en la comprensión y el apoyo a las personas con enfermedades crónicas en su proceso de ajuste y adaptación. Algunas estrategias de intervención que pueden ser útiles incluyen:
- Psicoeducación e información: Proporcionar información veraz, precisa y comprensible sobre la enfermedad crónica y sobre los procesos psicológicos asociados puede ayudar a las personas a comprender mejor su condición y la forma en que afecta en distintas esferas de su vida, y así a manejar su situación de manera más efectiva.
- Grupos de apoyo: Fomentar la participación en grupos sociales y de apoyo puede ayudar a las personas con enfermedades crónicas a conectarse con otros que enfrentan desafíos similares. El apoyo social puede proporcionar un entorno en el que compartir experiencias y desarrollar un sentido de pertenencia, comprensión, validación y aceptación. Facilitando y fomentando la construcción de una nueva identidad a través de la conexión con otros.
- Intervenciones psicoterapéuticas: La psicoterapia, individual y/o grupal, puede brindar a estas personas un espacio seguro para expresar emociones, resolver problemas, desarrollar estrategias de afrontamiento adecuadas, establecer hábitos saludables, ajustar expectativas, cuestionar creencias acerca de sí mismas y fomentar una autoestima saludable. Existen múltiples abordajes psicoterapéuticos que pueden ser beneficiosos como las terapias de tercera generación como la Terapia de Aceptación y Compromiso, la Terapia cognitiva basada en Mindfulness y la Terapia dialéctico conductual, el enfoque EMDR y/o la Terapia
cognitivo-conductual.
En conclusión, la enfermedad crónica supone un proceso de duelo, complejo y desafiante, para la propia identidad, además de tener un impacto negativo sobre la autoestima. La pérdida de roles y ocupaciones, los cambios en la imagen corporal y la valoración subjetiva de sí mismo, y la necesidad de redefinir la identidad son aspectos centrales de este proceso. Reconocer y abordar estos desafíos desde una perspectiva psicológica es esencial para desarrollar una perspectiva más positiva y resiliente, para atravesar este proceso de duelo y adaptarse a su nueva identidad y, en definitiva, para promover una mejor calidad de vida y bienestar emocional.