Hoy hablamos de un tema que se ha tratado mucho, y es cómo están relacionados los pacientes de fibromialgia y el tratamiento con cannabinoides.
El uso terapéutico del cannabis es un tema sobre el cual se habla mucho en las redes sociales, en ocasiones con escasez de información veraz, lo que produce que se haga un mal uso del cannabis y no ayude a aliviar los síntomas. Como reiteramos en muchas ocasiones, en AFIBROM apostamos por tener toda la información que pueda ayudarnos, pero de calidad, por este motivo el Dr. Mariano García de Palau, vocal del Observatorio Español de Cannabis Medicinal, dio en la asociación una conferencia sobre el uso terapéutico de los cannabinoides para fibromialgia, que os resumimos en este artículo:
Los efectos terapéuticos del cannabis los producen algunos de los más de 100 cannabinoides presentes en la planta, flavonoides y también los terpenos, que existen en esta planta en una gran variedad, aproximadamente 200. Los cannabinoides solo se encuentran en la planta del cannabis y los terpenos se encuentran además en otras plantas y frutas como el limón, naranja, fresa, mango, maracuyá… Todavía queda mucho por estudiar sobre los terpenos, pero se cree que tienen propiedades muy similares a los cannabinoides.
Los seres humanos y otros animales con simetría axial sintetizamos cannabinoides endógenos, que actúan sobre el sistema endocannabinoide. En casi todas nuestras células tenemos receptores cannabinoides. Es un sistema muy complejo que regula el dolor, la excitabilidad neuronal, la memoria, la libido, el estrés, el apetito, el aprendizaje, el sueño, el crecimiento y diferenciación celular, la movilidad, el equilibrio, la temperatura corporal, el estado de ánimo, la gestación, los mecanismos de recompensa, el sistema digestivo, cardiovascular y metabólico.
CÓMO TRABAJAN LOS CANNABINOIDES
Los cannabinoides de la planta del cannabis actúan sobre este complejo sistema, pudiendo influir de forma externa sobre todas estas funciones reguladoras. Por ello, es muy importante, como con el resto de tratamientos farmacológicos, no automedicarse, sino ponerse en manos de un médico experto que conozca bien toda la historia clínica del paciente y pueda así prescribir la variedad de cannabinoide y la dosis adecuada a cada caso particular, y hacer un seguimiento de los posibles efectos adversos.
Los cannabinoides no son inocuos, tienen sus efectos secundarios, menos graves que el resto de medicamentos, pero que hay que conocer para usarlos correctamente. Estos efectos secundarios son dependientes de las dosis, por supuesto, de la frecuencia de consumo, del tipo de cannabis y de las características biométricas de cada individuo. Algunos de ellos son:
- El uso crónico de los cannabinoides genera tolerancia.
- Puede interaccionar con el metabolismo de otros fármacos en el hígado.
- El THC provoca un incremento del gasto cardiaco, taquicardia y un aumento de la tensión arterial, que posteriormente se compensa, por lo que se debe tener especial cuidado en pacientes con cardiopatías.
- Puede provocar también hipotensión ortostática, que se desencadena con los cambios posturales rápidos o bruscos, al levantarnos después de haber estado agachados o tumbados.
- También inhiben la secreción de jugo gástrico y el vaciado gástrico es más lento. Pueden aparecer estreñimiento, o tendencia al mismo. Podemos describir alteraciones a nivel de la memoria inmediata, que se acentúan con dosis altas de THC, pero son reversibles al dejar el consumo o uso terapéutico.
- El cannabis actúa sobre las zonas que regulan la actividad motora y puede producir descoordinación motora y alteraciones en el equilibrio, que son totalmente reversibles.
- Puede afectarse las tareas de aprendizaje, la capacidad de concentración para ciertas actividades, la escritura, la conducción, el manejo de maquinaria y la orientación espacial.
- Las dosis altas de THC, producen una alteración de la movilidad, con tendencia a la hipotonía e hipomotilidad, hay efecto relajante e inductor del sueño.
- También, en algunos consumidores crónicos, aparecen en determinado momento trastornos ansioso-depresivos, casi siempre después de consumos elevados durante años, sin periodos de descanso.
Siempre insistir en que la aparición de efectos secundarios depende de la frecuencia de administración o consumo y fundamentalmente de las dosis, sobre todo de THC.
FIBROMIALGIA Y EL TRATAMIENTO CON CANNABINOIDES
Para el tratamiento de la Fibromialgia, se prescriben habitualmente antidepresivos como la Amitriptilina, Duloxetina, Fluoxetina; antiepilépticos como la Pregabalina; analgésicos como el paracetamol o los opiáceos según la intensidad del dolor. Los corticoides no se muestran muy efectivos en esta patología. También se prescriben AINES o antinflamatorios no esteroideos como ibuprofeno, naproxeno, diclofenaco sódico, etc.
Estos fármacos pueden ser más o menos efectivos para controlar el dolor, pero el resto de sintomatología de la fibromialgia probablemente requerirá de benzodiacepinas para inducir el sueño, y reducir el cuadro ansioso. Estamos hablando de muchos fármacos diferentes actuando al mismo tiempo. También podríamos comentar los efectos secundarios que podemos presentar a corto y medio plazo al usar estos medicamentos. Básicamente nos podemos centrar en la sobrecarga hepática que algunos de ellos pueden representar, como los AINES, por ejemplo, problemas gástricos, retención de líquidos, aumento de tensión arterial con corticoides y AINES, o hipotensión con opiáceos, estreñimiento, náuseas, posibilidad de adicción, tolerancia. Etc.
Algunos de los síntomas que presenta el paciente con fibromialgia pueden tratarse con cannabinoides. Los más utilizados para fibromialgia son:
- El cannabidiol (CBD) es el cannabinoide que se encuentra en mayor proporción en la planta y es, probablemente el más adecuado para aliviar los síntomas de la fibromialgia, ya que produce un efecto analgésico, antidepresivo, neuroprotector, antioxidante y antiinflamatorio.
- El cannabinol (CBN) actúa sobre la inducción del sueño.
- El tetrahidroxicannabinol (THC) produce un mayor efecto analgésico.
- El cannabigerol (CBG) es ansiolítico, modula el metabolismo óseo, es antifúngico y antibacteriano y antiinflamatorio.
EFECTOS TERAPÉUTICOS DE LOS CANNABINOIDES
Los efectos terapéuticos de todos estos cannabinoides se dan en su forma ácida, es decir tal y cual se extraen de la planta y de esta forma no tienen efecto psicoactivo. Cuando se calientan (al fumar la planta) se descarboxilan y se modifican sus efectos.
El efecto terapéutico de los terpenos también es interesante ya que algunos de ellos tienen efectos antiinflamatorios y sedantes.
Cuando el paciente ya utiliza opiáceos, es importante empezar con dosis bajas, y reducir las dosis de opiáceos cuando el paciente empieza a notar el efecto del cannabinoide. Hay que controlar la tensión arterial ya que cannabinoides y opiáceos son sustancias hipotensoras.
El CBD nos brinda un efecto antioxidante, ansiolítico y antidepresivo, y su efecto antiinflamatorio es muy útil en esta enfermedad, en la que encontramos múltiples focos inflamatorios en el sistema músculo esquelético. Este efecto antinflamatorio se potencia con el uso de THC en la mayoría de casos. Su efecto analgésico se ve reforzado también por el uso de THC en diferentes proporciones, siempre priorizando que no aparezca el efecto psicoactivo del THC, que pueda limitar la actividad del paciente. Además, el THC proporcionará un efecto relajante, que mejorará el efecto del CBD, para combatir el insomnio. La dosis nocturna puede ser diferente a las dosis diurnas tanto en cantidad como en proporción THC/CBD. Es el paciente el que acaba de encontrar la dosis correcta, para inducir el sueño, por ejemplo, o las dosis analgésicas diurnas, en función de la intensidad del dolor y de la correcta tolerancia al tratamiento. Siguiendo siempre los consejos del facultativo, por supuesto. Podemos usar cannabinoides y opiáceos juntos, es una cuestión de dosificación correcta para evitar interacciones.
EFECTO ANALGÉSICO DEL CBD
A nivel analgésico, si se usa solo CBD, el efecto analgésico no es tan potente, como si asociamos THC, pero a veces puede ser suficiente, dependiendo de la intensidad del dolor. El CBD proporciona un efecto antiinflamatorio que también será útil. Por lo tanto, se recomienda el uso de CBD y THC para tratar el dolor, en una proporción de 1/1, siempre que el paciente lo tolere bien.
Sin embargo, el paciente no siempre tolera bien esta proporción, y es necesario comenzar con dosis mayores de CBD que con THC. Es posible comenzar el tratamiento con CBD solamente, valorar sus efectos, y luego estudiar la necesidad de combinar el THC en diferentes proporciones para el control del dolor.
La dosificación debe calcularse de acuerdo con el peso del paciente, y siempre deben excluirse las contraindicaciones, así como las posibles interacciones con los medicamentos ya prescritos.
Los cannabinoides no son efectivos para todos los pacientes. Podemos decir que en la mayoría de pacientes que van a responder al tratamiento con cannabinoides vamos a apreciar una respuesta rápida, en los primeros días de tratamiento, con mejoría de la sintomatología, siendo muy importante comprobar que los cannabinoides funcionan, para seguir adaptando las dosis según las necesidades de cada paciente.
Cuando un paciente tratado con dosis correctas no obtiene ninguna respuesta en un periodo de 2 -3 semanas, lo más probable es que el tratamiento nunca sea efectivo.
Y por último, insistir en que es muy importante el control del médico, para aconsejar las dosis y ratios o proporciones THC/CBD que debe utilizar cada paciente, para conseguir el máximo potencial terapéutico con una correcta tolerancia al tratamiento, sin aparición de efectos secundarios, o minimizando al máximo su incidencia en los tratamientos.