La rigidez es uno de los síntomas que presentan muchas personas con fibromialgia y Síndrome de fatiga Crónica (SFC).
Lo más habitual es que se presente al despertar por la mañana, en este caso se denomina “rigidez matutina”, pero también puede sentirse después de permanecer sentado por períodos prolongados o de estar de pie sin moverse; también puede notarse por cambios de la temperatura o de la humedad relativa.
La rigidez impide la realización de las tareas cotidiana, además de producir dificultad para caminar, dolor y malestar.
RIGIDEZ MATUTINA
La rigidez matutina se da también en otras enfermedades neurológicas, inflamatorias o celiaquía, por lo que es importante no dar por hecho que es consecuencia solo de la fibromialgia y consultar al médico para descartar otras posibles causas.
La rigidez matutina debido a la fibromialgia o al SFC afecta a los músculos y a las articulaciones, suele ir acompañada de dolor y dificultad para el movimiento y va desapareciendo poco a poco a medida que el cuerpo empieza a moverse.
Normalmente se mantiene hasta media hora después de haberse levantado, aunque esto es variable en cada persona.
Las causas de la rigidez matutina no están claras, hay diferentes teorías, como la mala calidad del sueño, las deficiencias de oxigenación, procesos inflamatorios o procesos infecciosos, entre otras.
En algunos casos la rigidez se mantiene durante todo el día sin que haya una causa que la justifique. Otras veces se presenta después de permanecer de pie o sentados varias horas.
Zonas del cuerpo donde se produce
Las zonas donde se produce la rigidez articular con más frecuencia es en las cervicales, caderas y extremidades.
Además de la rigidez de articulaciones, con frecuencia se contracturan los músculos, principalmente del cuello, hombros, espalda y piernas.
En ocasiones las contracturas y la rigidez se acompañan de espasmos musculares, tirones y parestesias (hormigueo).
Las causas de estas alteraciones en el tono muscular tampoco están claras, pero podrían deberse a una alteración del procesamiento de los mensajes en el sistema nervioso central, lesiones o daños en nervios periféricos, déficit de ciertos nutrientes o daños en el músculo inducidos por ciertos fármacos. El estrés también aumenta la rigidez muscular.
¿Qué hacer para tratar la rigidez?
Es muy difícil eliminar la rigidez, pero podemos seguir una serie de recomendaciones generales que pueden ayudar a minimizarla:
– Hacer ejercicios de estiramiento cuando aún está en la cama para mejorar la flexibilidad del cuerpo.
– Darse una ducha con agua caliente para relajar los músculos y calmar el dolor (OJO, adaptado a tus posibilidades y circunstancias).
– Dejar de fumar.
– Evitar ambientes demasiado húmedos o fríos.
– Mejorar la alimentación para evitar la deficiencia de nutrientes (magnesio, potasio, sodio, calcio, omega 3 o vitaminas C, E y grupo B).
Es importante no tomar suplementos sin prescripción del médico o del especialista en nutrición, ya que pueden interaccionar con otros fármacos.
– Evitar el consumo de bebidas alcohólicas, café, los lácteos, edulcorantes y carbohidratos simples (harinas y refinados).
– Mantener un peso corporal saludable.
– Consumir agua a lo largo del día.
– Hacer terapias para evitar el estrés.
– Entender lo que ocurre y cómo gestionarlo ayuda a reducir el estrés por la situación.
– Realizar ejercicio adaptado de forma habitual (OJO, adaptado a tus posibilidades y circunstancias).
– Darse masaje para reducir las contracturas.